1. Optar por una loción. Es muy importante estar hidratada, tanto por fuera como por dentro, sobre todo en verano. Beber mucha agua ayudará a mantener una piel más sana, pero también es necesario utilizar una loción, ya que cuenta con una textura más ligera e hidratante que las cremas. Aromas como el yogur o el saúco aplicados una vez al día son una buena opción.
2. Hidratar la cara. Es el espejo del alma y requiere unos cuidados más específicos, intensificándolos sobre todo en verano. Para ello, una buena opción son las cremas de concentrado de yogur y rosas, que calman la piel y regulan el intercambio agua-sal de la piel, hidratándola profundamente. También es recomendable aplicar cremas para prevenir el envejecimiento prematuro de la piel, como puede ser la de gardenia y rosas.
3. Exfoliar para una mayor suavidad. La exfoliación elimina las células muertas y mejora la circulación, además de obtener con ella una piel más suave y tersa con un aspecto más sano. Al exfoliar, la piel respira mejor y se vuelve más elástica. Uno de los mejores tipos de exfoliante es el de azúcar, que combina cristales de azúcar con aceites naturales y no sólo proporciona limpieza sino también hidratación. Se recomiendan, también, exfoliantes de saúco, pomelo o rosa, y utilizarlos una o dos veces por semana.
4. Refrescarse continuamente. Básico y reconfortante en cualquier día de calor sofocante. Los espráis corporales son una buena opción y sus diversos aromas ayudan a mantener la piel fresca además de perfumar suavemente. Son cómodos y prácticos para llevar en el bolso y a cualquier parte, para cualquier momento del día.
5. Piel siempre limpia. Es importante una buena limpieza de la cara, eliminar todo el maquillaje y lavarla después con algún tipo de gel como el de lúpulo y salvia. Está enriquecido con vitaminas E y C y ayuda a la limpieza de los poros para que no se obstruyan. También son una buena opción los exfoliantes faciales, mucho más suaves que los corporales, limpian los poros en profundidad y eliminan el sebo.
6. Crema también tras tomar el sol. Son básicas para prevenir irritaciones o problemas en un futuro. Lo ideal son los productos con Aloe Vera o concentrado de té verde que, aplicado a la cosmética, tiene un efecto antiinflamatorio e impide el envejecimiento prematuro de la piel. El combinado con Aloe Vera es muy eficaz para las quemaduras solares, tiene propiedades regenerativas y una hidratación extremadamente duradera y eficaz.
7. Aplicar mascarillas faciales. El sol y las altas temperaturas deshidratan la piel y la dejan sin luz. Para recuperar la luminosidad y lucir una piel radiante, además de calmarla tras una irritación, se recomienda una mascarilla a base de rosa, que regule el balance agua-sal dejando la piel suave. También la de pomelo es beneficiosa para las pieles más grasientas y propensas a tener granos, limpia los poros en profundidad y regula el tono de la piel.
8. Proteger la cara. Es una de las zonas más sensibles y requiere, por tanto, una mayor protección. Las cremas BB son recomendables porque aportan un toque de color y no son tan densas como la base de maquillaje, de manera que hidratan la piel durante todo el día y a la vez la protegen.
9. Corregir los pies resecos. Ellos también necesitan un cuidado más intenso durante el verano: se resecan, se dañan con la arena de la playa, con el cloro de la piscina... Al menos una vez cada noche necesitan hidratación, además de tenerlos en remojo unos 30 minutos con agua fresca y sales marinas, para evitar el hinchazón.
10. Tratamientos antioxidantes. Un tratamiento diario para recuperar el estado natural de la piel es altamente recomendable. Los antioxidantes previenen el envejecimiento y protegen la piel de las influencias del medio ambiente.
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